Aunque los medios de comunicación se esmeren en hacernos creer que la vida de un chef es muy parecida a la de un rockstar o una estrella de la farándula, la realidad es muy diferente. y el día a día es muy complicado en una de las industrias más difíciles en el mundo.
Las relaciones…
Salir con alguien de manera seria es prácticamente imposible cuando eres chef. La cuestión es más fácil si encuentras una persona que tenga los mismos horarios que tú. ¿Llevarlo al siguiente nivel? Eso es aún más difícil, claro que es posible si te topas con la persona indicada y se alcanza un entendimiento como nos cuentan: “Lo mejor que me puede pasar es compartir una cena con mi familia: mi esposa y mis hijos. Ellos me apoyan y me entienden, en especial, mi esposa porque les explica a los niños en dónde estoy y me apoya para que funcione.”.
¿Vacaciones?
Cuando eres cocinero profesional es una rutina faltar a eventos familiares, bodas, funerales y más momentos importantes; sin embargo, esta situación puede verse con ojos diferentes, ya que tus compañeros de cocina se convierten en tu familia y tu lugar de trabajo en tu casa; eso hace muy especial esta maravillosa profesión.
La cocina duele
Estar tantas horas al día de pie, no es la mejor receta para tener una columna saludable. También los accidentes en la cocina son frecuentes y aunque se convierten en “heridas de guerra” no dejan de ser dolorosos y en muchos casos de alto riesgo. Es por eso que la salud del chef es un tema que debe de tratarse más y no dejarse de lado.
Probablemente no seas famoso
¿Te metiste a estudiar gastronomía porque quieres ser el nuevo Bourdain o un ganador de estrellas Michelin? Lo mejor es que lo pienses dos veces porque no todos llegan a ser chefebridades. La realidad es que muy pocos destacan, muy pocos de los cocineros que salen de la escuela tienen el talento necesario para poder llevar una cocina y nadie sale de la escuela pudiendo dirigir un equipo de 10 personas y mucho menos ser famosos o salir en la tele.
¿Respeto en la cocina?
Un ambiente poco amable y agresivo puede ser el pan de cada día de algunas cocinas. Los profesionales se acostumbran a un trato basado en gritos y faltas de respeto como si esa fuera la única forma de sacar adelante el trabajo, claro que no es así. “Contar con tu gente, sentarlos a tener juntas diarias para plantear cuál es el rumbo, a dónde vas, qué necesitas, qué pueden aportar ellos. Me ha tocado ahora que estoy en un nuevo restaurante, que la gente al principio se espanta: no están acostumbrados a que su jefe los siente a la mesa y les diga: queremos hacer esto, ¿cómo lo ven?, ¿qué conocen?, ¿qué pueden aportar?. Para mí eso es ser humano, creo en una forma de trabajar más amable en donde importen las personas.
A pesar de todo, es imposible no amar ser chef
Ser cocinero profesional puede ser uno de los trabajos más duros, pero también uno de los que más satisfacciones da: ser responsables de alimentar a las personas y hacerlos felices es una tarea que llena a todos los involucrados.