Antonio Ferrari, propietario de una vinoteca al norte Italia, aplicó un descuento a unos padres al ver que sus hijos no causaban molestias en su local.

¿Cuántas veces no has ido a un restaurante, pizzería o bar y niños de una o de diferentes mesas se han puesto a llorar o a molestar destrozándote la velada? Conseguir tranquilidad en algunos establecimientos a veces es difícil.

Pues bien, en una vinoteca de Padua (al norte de Italia) su dueño tuvo la iniciativa de hacer un descuento a unos padres tras comprobar que sus hijos habían tenido un comportamiento impecable.

Antonio Ferrari compartió esto en sus redes sociales tras una experiencia con un grupo de 10 personas, de los cuales seis eran menores y mayoritariamente niñas. Estos comensales gastaron casi 263 euros en su almuerzo, pero Ferrari decidió descontar algo más de 13 euros del importe total por la educación de los pequeños.

La idea la tomó prestada de Estados Unidos y decidió ponerla en práctica tras una agradable comida en la que los niños estuvieron dibujando y haciendo cálculos matemáticos en hojas de papel completamente en silencio (incluso sin usar aparatos electrónicos como tablets o móviles). Algo que llamó profundamente la atención del dueño, que, a bote pronto, decidió premiar a los padres.
“Te aseguro que no sucede a menudo. Es una alegría verlos”, publicaba Antonio en su cuenta  junto con el ticket de la comida que recogía el 5% de rebaja aplicado.

“Desde que empezamos a abrir los domingos para el almuerzo tenemos el problema de que los niños se portan verdaderamente mal y es muy difícil trabajar en estas condiciones”, declaraba el gerente al diario italiano al Corriere de la sera. Además, añadía que le parecía una buena forma de “dar una palmadita en la espalda” a los padres que tienen la suerte de tener hijos más tranquilos o que se han comportado mejor, y también aplacar a aquellos más revoltosos.

“Soy consciente de que ser padre es difícil. No siempre se puede decir que no y criar con prohibiciones, pero cuando estás rodeado de gente también se debe enseñar respeto”. Así justificaba Antonio el porqué de realizar esta rebaja como incentivo para los buenos progenitores.

De momento, Ferrari solo ha aplicado una vez su idea, pero no descarta volver a recurrir a ella en otras ocasiones.