El escándalo que destapó EL CONFIDENCIAL sobre el restaurante Azurmendi, el cual hacinaba a 36 becarios en tres habitaciones de 20m2 haciéndoles trabajar entre 12 y 17 horas sin recibir nada a cambio, ha puesto de relieve la precariedad laboral de nuestro sector. Si un restaurante con tres estrellas Michelin como el Azurmendi realizaba estas prácticas, ¿cuál es la realidad laboral del sector hostelero en nuestro país?
Habitualmente es normal que las empresas hosteleras realicen contratos de 2 o 3 horas al día cuando realmente se están trabajando 10 u 11. El problema en estos casos está en demostrarlo ya que sólo se tiene que firmar un papel y, claro, puede firmarse cuando se quiera por lo que la presunción de inocencia prevalece y es muy difícil sancionar este tipo de prácticas.
En ningún caso se debe trabajar a cambio de alojamiento y comida ya que este sistema roza la esclavitud de la Edad Media. Es determinante el hecho de que muchos restaurantes con becarios tendrían que contratar a alguien o coger a otro becario si este les fallase. Por tanto, estamos hablando que se contratan como becarios pero a la hora de la verdad son trabajadores. Eso sí, sin ningún tipo de derecho. Teóricamente al becario hay que formarle, nunca explotarle.
Otro problema con el que nos encontramos es que hoy en día no hay un limite en el número de contratos por formación, ya que se eliminó en la última reforma laboral. Ello ha supuesto un aumento de la explotación con casos como el de un hotel que tenía a más de 100 camareras de piso contratadas. 100 camareras haciendo camas todos los días durante dos años a cambio de prácticamente nada, algo que antes no pasaba porque no se podía tener más de aproximadamente un 10% de la plantilla en contrato de formación.
Lo conveniente sería una jornada de 8 horas con dos horas de teoría, pero ya estamos viendo que eso no se cumple en ninguno de los casos. No obstante, la precariedad que nos ha traído la crisis en nuestro sector ha hecho que los trabajadores sean más permisivos con aquellos empresarios que actúan de forma poco lícita: pagos en negro, jornadas maratonianas y contratos por horas están a la orden del día.
Pero, ¿cómo combatir esta precariedad laboral? La respuesta no es sencilla porque, para empezar, tendrían que cambiar las leyes sobre la formación en las empresas. No obstante, se debe de tener en cuenta que existe el BUZÓN DE DENUNCIAS ANÓNIMAS de La Inspección de Trabajo y Seguridad Social donde cualquier trabajador en cualquier situación antes comentada puede cursar la denuncia correspondiente.
Otra solución pasaría por tener un sistema más eficaz para controlar el horario de los becarios y trabajadores como, por ejemplo, aquellos basados en la huella digital.
Por último, debemos tener en cuenta que una empresa con 6 trabajadores ya puede celebrar una elección sindical y a partir de 50 trabajadores formar un comité de empresa.
Aquí os dejamos el buzón de denuncias por si alguno de vosotros estuviera en esta situación de precariedad:
https://expinterweb.mitramiss.gob.es/buzonfraude/