Si cogemos cualquier multinacional de nuestro país la liturgia se repite día tras día. Los empleados llegan, fichan a la entrada, realizan su labor y vuelven a fichar en la salida para dejar un registro de las horas que han pasado en sus lugares de trabajo.De esta manera, la empresa puede saber si hacen horas de más y si esas horas son remuneradas o, en su caso, cambiadas por días de descanso.

No obstante, en nuestro mundo es habitual que los servicios se alarguen, sobretodo los días de trabajo punta en los que los clientes suelen irse siempre a horas intempestivas.

El gobierno ha presentado una propuesta para que los trabajadores de todas las empresas sean pequeñas, medianas o grandes, registren sus entradas y sus salidas. Todo ello se ha presentado bajo el marco del borrador de la reforma laboral que se ha enviado a sindicatos y patronal.

Dicha propuesta, reconoce el derecho de todo trabajador a conocer la duración de su jornada laboral, así como su distribución.

A pesar de no ser una idea nueva, ya que el gobierno ya lo incluyó en el acuerdo de presupuestos con Podemos, ahora parece que se va a llevar a cabo y que va tomando forma para ello.

¿Y cómo afecta esto a nuestro sector?

Como cualquier nueva acción está claro que se tendrán que pulir flecos. En principio parece un buen paso adelante para que, por ejemplo, se tengan en cuenta las horas que hacemos de más y que antes no se incluían como “extras” pero también tiene su parte peliaguda.

Dicha parte se verá reflejada, en general, en la vida del ¨empresario¨ contemporáneo, que tendrá que ser mucho más puntilloso tanto en la elaboración, como en el cumplimento del contrato laboral.

Es decir, las estipulaciones contractuales se van a seguir a rajatabla, sin interpretaciones ni adaptaciones, lo que conllevará tanto las ventajas para el trabajador, como el crecimiento de los gastos para mundo empresarial.

Sin embargo, existe un pequeño resquicio: todo el mundo competirá en igualdad de condiciones, lo que supone, a la vez, igualdad de chances para todos y un fomento de la homogeneidad (¿laboral?).