Si algo debemos agradecer a los programas de hostelería que tan de moda se han puesto últimamente es que los comensales han ido tomando consciencia de la importancia que tiene ser un buen profesional en nuestro sector.
Por desgracia, es muy común en nuestro país que alguien sin formación se aventure a trabajar en el sector o, aún peor, a abrir un negocio de hostelería. Y aquí es donde nos encontramos con el primer problema: la ilusión o la necesidad, por sí solas, no son garantía de éxito. La clave está en una buena formación, amén de hacer un exaustivo estudio de mercado como ya explicamos en otro artículo anterior.
Para ello, en España, disponemos de varios caminos que puedes tomar a la hora de formarte en el ramo de la hostelería como son:
* Formación profesional básica
* Grado medio
* Grado superior
Con los dos primeros te formarás como cocinero o camarero mientras que el grado superior es para la dirección de cocina.
Además, como mejor calidad de servicio demos al cliente, más subirá nuestra puntuación en lo que a destino turístico se refiere con lo que podremos conseguir no ya más turismo, si no de mayor calidad y, por tanto, con mayor poder adquisitivo.
Es como la pescadilla que se muerde la cola, si damos un servicio low cost, tendremos un turismo low cost por lo que es esencial que alguien rompa el círculo vicioso y debemos hacerlo nosotros porque somos los que damos ese servicio.
Los buenos profesionales son muy demandados como así lo podemos ver en nuestra bolsa de trabajo constantemente y os podemos asegurar que si un empresario serio puede elegir, antes contratará a alguien con formación que a alguien que hayas llegado al oficio de manera casual.
Así, pues, si deseas entrar en el mundo de la hostelería recuerda que con una buena formación tendrás muchas más oportunidades de progresar.