Es una lástima cuando vemos en muchos restaurantes camareros que únicamente se dedican a “transportar” platos de cocina a comedor. La mayor parte de las veces no es que no quieran lo más probable es que no los hayan formado para que lo hagan.
Lo principal es seleccionar bien al personal antes de contratarlo y como empresario tener la habilidad de identificarlos. Personas con buen trato, amables, agradables y simpáticas ya que es mucho más sencillo enseñar a una persona con estas cualidades y menor experiencia el trabajo que hay que hacer en un restaurante que transformar a una muy formada y experta pero seria y sin carisma.
El camarero debe de entender que la venta es parte muy importante del éxito del negocio y que se debe de implicar directamente en ello. Para ello es imprescindible que tenga toda la información necesaria de todo lo que hay en la carta e incluso que haya degustado todos los platos y que el responsable de cocina le explique la receta, ingredientes, alérgenos etc.
Aprender que vinos maridan correctamente con cada plato, que postres ofrecer con picardía para que el cliente tenga ganas de probarlo e incitar a un buen combinado al final del servicio.
Con una buena sonrisa y la información pertinente veréis como cuando un cliente pregunta aquello de ¿Qué nos recomienda? Ya no se volverá a repetir aquello de “aquí todo está bueno”.
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